28 de abril de 2018

LA LLUVIA, y otras reflexiones

Si no fuera porque a veces, la lluvia causa demasiado  daño, a mí me gusta escucharla. 
Sé que hablo tras la seguridad de una cama, de un lugar donde cobijarme.  Y que disfruto de la comodidad de cerrar ventanas si la humedad me afecta.
Puedo hablar así y puedo escribir sobre ello, porque estoy a salvo.
Para mí la lluvia es la vida; la vida que hace crecer, que hace brotar, surgir, emerger. 
La lluvia  remueve y renueva. Limpia. Y tras la lluvia, la tierra huele, agradece y florece. 
La lluvia que esta noche cae, añorada después de tanto tiempo, me trae recuerdos de mi infancia. Úbeda es mi primer recuerdo. La lluvia de verano. La familia en la casa mientras los pájaros se resguardaban bajo las hojas de los árboles.  Historias contadas mientras se hacían rosetas y se cantaban canciones. 
🎵Que llueva que llueva, la Virgen de la Cueva, los pajaritos cantan, las nubes se levantan...🎵 
Recuerdos que arrancan sonrisas y arrancan lágrimas.  Porque los recuerdos también duelen cuando, tras los años, faltan tantas personas. 
Cuán rápido pasa el tiempo y esta lluvia me hace creer que no ha pasado tanto. 
Si durante aquellas tardes de agosto, mientras reíamos y cantábamos, nos hubieran dicho todo lo que nos pasaría después,  quizá las hubiéramos disfrutado más,  nos habríamos reido más,  nos hubiéramos  abrazado más fuerte y nos habríamos mirado durante más tiempo a los ojos. Esos ojos que se emocionaban con el canto de un pajarito, ahora se emocionan porque  sabe que  no volverán, que no hay ojos donde mirarse. 
¡Ay, si la vida nos diera otra oportunidad! ¡Ay, si pudiera volver atrás aunque fuera un segundo, no más! 
Quedaron tantas cosas que decir, y quedaron tantas cosas que hacer...
Todo empezó con la lluvia.  Y ella, esta noche, revive momentos, olores, y sensaciones. 
Me va a costar dormir, y no porque  me asuste la lluvia  que cada vez va más lenta y hace menos ruido. 
Esta noche la lluvia esperada me ha devuelto a la vida.

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