Mostrando entradas con la etiqueta mis hijos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mis hijos. Mostrar todas las entradas

30 de agosto de 2011

HOY ES UN GRAN DÍA... 1989

Hacía casi siete meses que había nacido Laura, mi segunda hija, y Carlos tenía dos años y medio.
Daban mucho trabajo, como dos niños pequeños que eran, pero yo estaba encantada. Feliz. Lo más grande y lo más bonito que he vivido.
Disfrutaba de cada momento, de cada situación, de cada descubrimiento. Me gustaba observalos cuando estaba en casa, ver sus reacciones, escuchar sus palabras balbuceantes... Me gustaba mirarlos cómo reían y jugaban.
Y a veces tenía que escribir lo que sentía. Lo escribía en cualquier papel. No era una cosa pensada y preparada,; sólo escribía lo que me salía, y a veces, hasta con la luz apagada, para no despertar a nadie.
Aquí está, en una hoja de un almanaque.Lo primero que encontré.

Fue un 12 de marzo de 1989

"Hoy es un gran día.
Los momentos se nos escapan. Los buenos y los malos.
Los momentos que llenan nuestra vida no quier que escapen. Esos mometnos que hacen que la vida tenga un sentido, que la vida tenga una ilusión de ser.
Hoy he podido disfrutar de esos momentos tan soñados y tan recordados en las próximas tardes de añoranzas.
Momentos como el que vivimos cuando Laura nos  deleitó con unos gorgejeos, con un "ba.ba.ba", y luego pasó a ser un "pa..pa...pa". A Manolo se le caía la baba. Su Laura dijo papá antes que nada.
Y parecía que escuchábamos campanas celestiales.
Y mientras, Carlos, jugaba a ser mayor, cantando con un juguete que es un micrófono, imaginándse qui´za, que era un gran artista, que tras terminar su actuación, era aplaudido y saludaba lleno de gozo y de alegría.
El sol entraba tímido por la ventana del salón, y la música de Richard Clayderman sonaba.
No se escuchaba ningún ruido, sólo sus risas.
¡Qué tarde más linda, más llena de bellos recuerdos que serán en días de paz!
Carlos y Laura, llenáis mi vida de luz y amor.
LLenáis mis noches de sueños de paz."
OTROS MOMENTOS JUNTOS.
Siempre jugaban juntos. Se peleaban, sí, como todos los hermanos, pero no podían pasar el uno sin la otra y al contrario. Compartían juegos, risas y hasta sueños.



 

4 de febrero de 2010

¡HOLA, MI NIÑO! (Carlos)


Jaén, 20 de febrero de 1986
¡Hola, mi niño!
Aún no me escuchas, sólo conoces de mí el ritmo de mi corazón, que te es ya tan familiar.
Pero creo que ya debes saber que te queremos, y no sólo yo, sino tu padre. Él, que está impaciente por tenerte cerca; él, que cada día piensa en tí, y te manda un beso; él, que pone la mano en mi viente, y el oído, para sentirte, y se queda asombrado, pero decepcionado después, al darse cuenta que son mis tripas las que oía; él, que se queda encantado cuando ve crecer mi barriga, porque sabe que es por tí.
La música que escucho es por tí, y para tí. Y te gusta, lo sé, porque descansas y te mueves cuando te emociona, y te siento.
Lo que leo es por tí y para tí. Y te gusta. Las poesías, las bellas palabras, sonoras palabras que te recito, como si me escucharas, que me escuchas, que lo sé, y te calmas, y te siento.
No sabemos si eres niño o niña, no sabemos cómo serás, y no sabemos qué vida te espera, pero te queremos como nunca hemos querido.
Mi mente está ocupada por tí, en todo momento te siento, y cada día estoy más contenta de ser tu madre.
Tengo que darte las gracias, de antemano, por haber germinado en mí, por hacerme sentir todo lo que estoy sintiendo, y porque vas a ser muy importante para nosotros.
¡Gracias!
_________________________________________________

17 de enero de 2010

HIJO MÍO (Carlos)

El embarazo de Carlos, mi primer hijo, fue especial porque fue el primero. Aunque todo lo que sentí con él, se renovó con los otros dos embarazos.
Lo único que lo hacía distinto, es que todo era nuevo, desconocido, y como los niños chicos, cada cosa nueva que ocurría en mi cuerpo a consecuencia del embarazo, era estudiada, admirada, e interiorizada en lo más profundo de mí.
Sigo con las cartas que le escribía a mi hijo Carlos, cuando aún no sabía si sería niño o niña.
La primera vez que le escribí, fue el 16 de enero de 1986, y aquí está en el blog. Esperar un hijo (Carlos)
Esta carta se la escribí cuando llegué del médico, de ver la ecografía y sentir su corazón por primera vez.


"Hijo mío: ayer te escuché.
Tú estabas tranquilo, reposando en mi bolsa amniótica, y un aparato enturbió tu sueño.
Atenta estaba yo, porque era la primera señal directa que tenía de tí, hijo mío, y fue como oir el aleteo de las mariposas.
Tu corazón latía a un ritmo tan encantador, que no sabía si eras tú o era música celestial.
Ahora te he sentido más mío, más cerca, y ahora te quiero más, y aún no te conozco.
¡Cuánto no te querré cuando te tenga en mis brazos, cuando bese tus ojos...! ¡Cuánto no te querré cuando oiga tu llanto, cuando oiga tus primeros balbuceos, con esa voz de bebé amado!
Y te quiero, porque eres aún tan pequeño, tan pequeño, que no coges en mi mano, y sin embargo, significas tanto para mí que necesito otro corazón más.
Y quiero que sientas mi amor y sigas creciendo dentro de mí, cogiendo todo lo que necesites... porque eres parte de mí."

Jaén, 24 de enero de 1986
____________________________________________

3 de enero de 2010

ESPERAR UN HIJO (Carlos)

Hoy comienzo una serie de escritos sobre mis hijos: lo que sentía cuando supe que estaba embarazada, cuando notaba que se movían dentro de mí, cuando los veía dormir plácidamente en su cama...
Y como es natural, empiezo con Carlos, de esto hace ya 24 años...



ESPERAR UN HIJO:
"Esperar un hijo supone una dimensión tan infinitamente enorme, que es imposible definir sin quedarse con algo en el tintero.
Sólo un momento de unión entre dos seres, basta para que se inicie el mayor milagro de la humanidad.
Una simple célula dará lugar a una persona, con sus sentimientos, sus caracteres definidos y un sitio en este mundo.
Estamos en la época del futuro, máquinas, ordenadores, adelantos de toda índole; y esto, sigue siendo tan natural como desde el principio, hace años, muchos años...
¿Qué siente una mujer cuando sabe que va a ser madre, que va a dar lugar que en ella se forme ese milagro?
Cualquier sentimiento de paz, alegría, orgullo, amor, adoración, etc., quedan niminizados por éste que durará nueve meses.
Saber que mi sangre va a alimentar este cuerpo; saber que mi viente será su morada durante su formación; saber que cogerá parte de mí para sobrevivir, es... algo fabuloso.
Y saber que él es el fruto de mi amor, de mi amor por un hombre, al que hace años no conocía, y que ahora es el co-creador de este bebé. Nunca hasta ahora podré sentirme tan unida a él, porque el bebé es la unión última, la más perfecta.
Él será parte suya y parte mía, y nada podrá cambiar eso.
Sus besos serán para él y para mí, como nuestros propios besos.
Esperar un hijo, por todo esto, es maravilloso.
Tocar mi vientre y saber que está ahí, calentico, envuelto en una dulzura que le preserva de todo mal.
Es lo que siento cuando aún no pasa nada, y aún no se nota, pero sé que está ahí, y eso me llena de infinito amor."
Jaén, 16 de enero de 1986
__________________________________________________