17 de enero de 2010

HIJO MÍO (Carlos)

El embarazo de Carlos, mi primer hijo, fue especial porque fue el primero. Aunque todo lo que sentí con él, se renovó con los otros dos embarazos.
Lo único que lo hacía distinto, es que todo era nuevo, desconocido, y como los niños chicos, cada cosa nueva que ocurría en mi cuerpo a consecuencia del embarazo, era estudiada, admirada, e interiorizada en lo más profundo de mí.
Sigo con las cartas que le escribía a mi hijo Carlos, cuando aún no sabía si sería niño o niña.
La primera vez que le escribí, fue el 16 de enero de 1986, y aquí está en el blog. Esperar un hijo (Carlos)
Esta carta se la escribí cuando llegué del médico, de ver la ecografía y sentir su corazón por primera vez.


"Hijo mío: ayer te escuché.
Tú estabas tranquilo, reposando en mi bolsa amniótica, y un aparato enturbió tu sueño.
Atenta estaba yo, porque era la primera señal directa que tenía de tí, hijo mío, y fue como oir el aleteo de las mariposas.
Tu corazón latía a un ritmo tan encantador, que no sabía si eras tú o era música celestial.
Ahora te he sentido más mío, más cerca, y ahora te quiero más, y aún no te conozco.
¡Cuánto no te querré cuando te tenga en mis brazos, cuando bese tus ojos...! ¡Cuánto no te querré cuando oiga tu llanto, cuando oiga tus primeros balbuceos, con esa voz de bebé amado!
Y te quiero, porque eres aún tan pequeño, tan pequeño, que no coges en mi mano, y sin embargo, significas tanto para mí que necesito otro corazón más.
Y quiero que sientas mi amor y sigas creciendo dentro de mí, cogiendo todo lo que necesites... porque eres parte de mí."

Jaén, 24 de enero de 1986
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1 comentario:

Laura Piñero dijo...

Siempre me he preguntado sobre esa sensación, a ver si algún día la tengo yo también...