7 de enero de 2010

EJERCICIO EN CLASE_Materiales

Cuando tenía 12 años, y estaba en Granada, en 6º de E.G.B., en clase de lengua teníamos que hacer redacciones. A mí me gustaban mucho, y siempre estaba deseando llegar al final de la lección, que era donde venían esos ejercicios.
He encontrado dos o tres, y aquí comienzo con uno de ellos.
No os riáis mucho ni seáis muy críticos, porque yo me parto de risa cada vez que los leo. Faltas de ortografía no tengo,  pero la forma de escribir deja mucho que desear, sobre todo, el final, está un poco enrevesado. ¡jajajajaja! Pero lo transcribo tal como está. No deja de ser curiso y simpático.

Viernes, 5-Noviembre-1974

1.- Redacción: Busca trozos de materiales...
"En los días fríos de invierno, no apetece salir a la calle. Estando en casa te sientes recogida, y arrimada al calor del brasero pasas un buen día.
Pero hay momentos en los cuales nos aburrimos y no sabemos qué hacer.
Fue entonces cuando entró mi hermana, y acercándose a mí, me tapó los ojos y me dijo:
- ¿a que no eres capaz de saber lo que tocas y definir lo que sientes?
Yo le aseguré que lo intentaría y puse manos a la obra. Metí la mano en el envoltorio que traía, y tropecé con algo blando.
De momento supe que era el algodón, ya que era suave y mullido. Al pasar los dedos, me acordé de aquella vez que me hablaron de mi tierra, de los campos de Extremadura, repletos de matas de algodón.
Me sobrevinieron a la mente numerosos recuerdos e imaginaciones. Creí estar en una gran montaña, corriendo porque detrás de mí iba una gran bola de nieve. De pronto me entró un escalofrío en mi cuerpo, sentí algo de miedo, y dejé esto.
Después estuve tanteando con la mano, y hallé un trozo de tela. La sostuve un rato en mis manos, notando que era suave y delicada.
De pronto reaccioné: ¡ya lo sé! Es la seda.
Seguí tocándola, y mi mente sse transportó al mundo de la fantasía, donde las bellas doncellas iban con largos vestidos y paseaban alegres por el jardín.
Igualmente sentí la sensación de estar volando, de ser una paloma que alza sus blancas alas para echarse al vuelo.
Me acordé entonces del día que bautizaron a mi hermana, iba tan dulce, tan tierna, que parecía ser de seda.
Ahora he tropezado con algo duro, lo he podido partir por la mitad, y creo estar tocando el corcho.
Me parece estar en un bosque, donde hay gran cantidad de troncos, sin hojas. Los troncos están secos, y se ven con grietas.
El corcho me da sensación de equilibrio, me imagino estar flotando en un trozo de madera en medio del inmenso mar.
Al continuar tocando el corcho, me transporto a ocho años atrás, cuando jugaba en un riachuelo, metiendo pequeños trozos de corcho, y viendo cómo se mantenían firmes y sin hundirse.
Algo descubrí en el interior del envoltorio; me llamó la atención y me sorprendió tocar una tela tupida. Dudé varias veces antes de contestar, y aún, un poco entrecortada dije: ¡ter-ciopelo!
Instantes después creí estar en un gran salón, con espejos por todas partes, majestuosas lámparas que colgaban de los altos techos, y un suelo de mármol, frío pero majestuoso.
Había muchas personas que hablaban animadamente, y que bailaban, moviendo de un lado a otro sus largos y vaporosos vestidos, mientras se escuchaba una dulce música.
Me trae recuerdos de mi niñez, cuando tocaba los pétalos de las rosas, y descubría su suavidad en la del terciopelo.
Sentí igual que cuando toco la hierba húmeda, después de una suave llovizna y mientras los rayos del sol calientan el verde césped.
Después de esto, mi hermana me acercó un cuaderno, lo abrió, y me puso las manos sobre él. Enseguida noté que las hojas estaban escritas, pues se sentía con unos pequeños salientes. De momento, creí estar en un coche, pasando por unos caminos con bastantes baches...
Sentí entonces un fulgor en mis ojos. Mi hermana acababa de destaparme los ojos, y ví que encima de la mesa había un trozo de tela de terciopelo, seda, algodón un corcho partido por la mitad y un cuaderno entreabierto.
Sin notarlo casi, se nos pasó el tiempo y fue entonces cuando oimos la voz de nuestra madre que nos llamaba.
Salimos y en aquel cuarto quedaron unos trozos de distintos materiales, que a la vista no significan nada, pero que en su interior quedan una clase de recuerdos e imaginaciones que te hacen sentir algo tuyo."
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

MªAngeles,pero que bonito este blog.Me tienes aqui también de seguidora.
Besos

Anónimo dijo...

Pero qué simpático recuerdo!!....

...la niña María de los Ángeles tenía tanta gracia descriptiva como la mujer que hoy descubre una caracola dulzona danzando sobre las tijeras..

Bonito !!!
Jorge

Ana Powell dijo...

Hola MªAngeles.
Enhorabuena por tu Blog.
Haces un trabajo excelente.
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Laura Piñero dijo...

Mª Ángeles! Me ha encantado! Tendrías 11 años? Y con qué facilidad escribías, es porecioso! Además me recuerdo al cuento "Dónde viven los monstruos! Aunque tú no estás soñando, tienes los ojos vendados y con cada objeto al tacto fantaseas con esa imaginación increible...
Enhorabuena, se notaba que teníass madera para escribir...