Voy a contar por capítulos, porque es un poco largo para hacerlo en una sola entrada, mi viaje a Bretaña, a la edad de 15 años.
Yo estaba en ese momento en Jaén, en el Instituto Santa Catalina de Alejandría, instituto en aquel tiempo femenino. También había otro instituto, que no recuerdo cómo se llamaba, que era masculino (aquí me podría ayudar algún amigo de los que estuvieron en ese Instituto. Pido su colaboración). También pido su colaboración por si alguno tiene fotos de ese viaje, y quiere enviármelas escaneadas. las podría incluir en mi relato.
Los dos institutos hicieron un intercambio con una ciudad de Francia. Era con un instituto de la ciudad de Rennes, en Bretaña. Los alumnos y alumnas de allí venían a Jaén y paraban en nuestras casas. Y luego íbamos nosotros y parábamos en las casas de estos mismos alumnos.
fue un viaje muy bonito que marcó mi vida, y como ya me gustaba mucho escribir, cuando volví del viaje hice como un pequeño dossier con postales de allí, con fotos sacadas de libros, y con mi experiencia personal.
Esto ha estado guardado durante 32 años, y ahora lo he encontrado y quiero compartirlo.
Comienzo con mi dossier. Todo está escrito en folios de A4 (21'5 X 31'2). Lo folios eran blancos. Ahora son amarillos tirando a marrón claro. Los bordes están un poco más oscuros, y las esquinas con manchas de humedad. Escritos con bolígrafo azul, los títulos en rotulador negro, mayúscula y subrayado. Espero que os guste, como yo estoy disfrutando ahora, recordando todo lo vivido hace tantos años. ¡Qué bien hice en escribirlo, para no olvidarlo!
Pues empezamos:
- Bretagne. Pénínsula y región histórica del NO de Francia, entre el Atlántico y el Canal de la Mancha, su capital es Rennes.
En el punto de vista físico y humano, esta comarca presenta características uqe la distinguen del resto de Francia.
Bretaña es una península y antigua provincia en la costa oocidental francesa.
En muchos lugares, la costa está profundamente recortada e incluso rota en islas y penínsulas que han dado origen a numerosas bahías separadas entre sí. Sus agradables playas atraen cada año más turistas franceses y extranjeros.
Costa con acantilados. Hay 106 faros porque hay muchas dificultades marítimas (hay peligrosidad).
En las rocas hay unas figuras, pero no se sabe a qué edad pertenecen.
- El granito es de un gris azulado, con un misterioso aire triste; el otro es de granito claro que forman unas figuras especiales, y que con la imaginación puede ser cualquier cosa (granito rosa). La costa está mucho más poblada que el interior, porque en Bretaña la pesca es muy importante; sin embargo está en crisis porque los métodos son un poco anticuados.
Bretaña es una región agricultora, con pocas posibilidades de trabajo mecánico.
- Experiencias personales.
Es difícil contar en pocas líneas todo un viaje de 25 días, con experiencias diferentes. Todo ha sido una gran experiencia. El viaje de ida fue fabuloso, un poco largo ya que duró dos días, pero por fin llegamos a St-Aubin.
Allí nos esperaban nuestros correspondientes y sus padres.// Cuando llegamos yo iba un poco nerviosa, porque íbamos a un lugar extraño.// Jacqueline me presentó a su padre. Éste cogió el coche y nos llevó hasta el pueblo donde ellos vivían. St. Germain-sur-Ille.
Me llevaron a su casa y me presentaron a toda la familia.// Fuimos a cenar, y esto supuso un golpe tremendo para mí. Primero me pusieron tomate en rodajas con huevo cocido, y con mucho vinagre. Me lo comí pero estaba muy malo. Luego un trozo de carne completamente quemado. Otra cosa que me llamó la atención fue el que no tenía cuchillo; me quedé mirando la carne, y los padres no decían nada. Yo pasé unos apuros tremendos, todavía no había hablado con los padres y las pasé negras para pedirle en francés un cuchillo a la madre de Jacqueline. (Ahora no choca tanto comer tomate crudo con huevo y aderezado con una vinagreta. Pero en aquel tiempo, yo no estaba acostumbrada a comer ese tipo de alimentos, ni de esa forma).
Fue la primera vez que decía una frase en francés, y esto me sonó algo raro.
La bebida también era rara, porque era gaseosa concentrada y había que echarle agua. Esto para mí fue otro golpe, porque yo me eché un poco y me lo bebí, entonces todos empezaron a mirarme, y clavaron sus miradas de sorpresa en mis ojos, que estaban llenos de miedo. Entonces me explicaron que se bebía con agua, -¡ah! -dije yo-, Entonces todos se echaron a reír, y yo me quedé atónita. En esos momentos echaba en falta las patatas cocidas de mi madre (que no me han gustado nunca).
En la mesa también pude ver un plato con mantequilla, y otro con paté de foie-gras, y esto estaría en todas las demás comidas. ( Esto es otra tema que ahora no me chocaría, porque la mantequilla está en muchos restaurantes y el paté también. Y qué rico era allí, pero no lo supe valorar en su momento).
Cuando terminamos de cenar me llevaron a mi cuarto. Resulta que donde yo iba a dormir era en el salón, en un sofá-cama. Cuando yo ví a los dos hermanos allí sentados, viendo la tele, y sabiendo que tenía que dormir en ese lugar, se me vino el mundo encima. Jacqueline, viendo mi cara, me dijo que durmiera con ella en su cama, y su hermana Catherine dormiría allí. Esto me tranquilizó un poco.
la ropa la tuve que dejar en un armario que había en el salón, al lado d ela tele, y cada vez que tenía que coger algo, tenía que pasar entre la tele y los que la estaban viendo; para mí era un poco vergonzoso. Se reían porque cada vez uqe pasaba me agachaba. Yo miré bastante la casa.
El salón era una habitación grande y doble, con sillas alrededor, un armario y un refrigerador. En la otra parte estaba el tresillo, la televisión y otro armario. Todo esto era muy ampli.
El cuarto de aseo estaba separado; en una habitación la sala de baño, y en otra más pequeña, las "toilettes".
Cuando me acosté, como una tonta, comencé a llorar, y después me calmé un poco. Quizá fuera esto lo que me hacía falta, porque estaba muy nerviosa. Había sido un viaje largo, la primera vez que viajaba sola tan lejos, lejos de mi familia, de mi casa, de mi ciudad. En una ciudad extranjera, y en una casa extraña, y además extranjeros. Me encontré desvalida. Me encontré asustada.
Al día siguiente nos levantamos para ir a misa, y Jacqueline fue conmigo, aunque ella nunca va. Al entrar era impresionante. Sólo había unas cuantas mujeres. Pero allí estaba Marisa y Juan, y me dió mucha alegría el verlos. Era algo que estaba esperando desde hace tiempo, poderme desahogar con españoles. En la misa lo pasamos todo el rato muertas de risa. Era toda cantada y yo no podía resistir la risa, porque además era en francés y no nos enterábamos de nada. Veíamos a la gente haciendo gestos que tenían que ver con lo que se decía, pero al no entenderlos, más risa nos salía.
Nos contamos un montón de cosas al salir. Comimos a la 1, muy temprano para nosotras. Allí en la mesa estaban todos sentados. A mi lado se puso Marie Laure (María Laura, qué casualidad, como más tarde se llamaría mi hija Laura, sin el María) que es una cría encantadora. Después de comer fuimos en coche hasta la granja de su tía. Me mareé un pco. Después nos fuimos con su prima a un pajar. EStuvimos revolcándonos, echándonos la paja por encima, jugando con ella. Me enterraban y yo sacaba la cabeza y se reían. Nos hacíamos cosquillas. ¡Qué bien lo pasé!
Por la noche vinieron mis amigos españolas que también estaban en ese pueblo (porque nos mandaron a varios pueblos), y con sus correspondientes francesas: Marisa, Mercedes, Françoise y Thèrése. Antes de venir tenía ganas de llorar otra vez, pero me animé un poco.
19 de junio: Nos levantamos y nos fuimos a la plaza del pueblo a esperar el autobús que nos llevaría al instituto. Allíu había varias amigas que me miraban con extrañeza. Me sentía un bicho raro. El instituto estaba en St.Aubin.
Entramos a clase, que no era muy grande, y allí estábamos diez españoles de los 25 que fuimos al viaje. Las clases no estaban en buenas condiciones, los asientos mal. Nos enseñaron diapositivas de Francia. La comida del instituto muy temprano (a las 12) y muy mala.
A las 6 de la tarde nos dieron una recepción en el instituto, con algunas canciones francesas y otras españolas, como "Andaluces de Jaén", "Viva España". Con esta canción todos los españoles le acompañamos cantando y aplaudimos mucho. También una muchacha de allí cantó "Por qué te vas". A todos nos dió por reir, porque hacía unas posturas muy raras, y nos ponía unas caras que era para partirse de risa.
CONTINUARÁ (Próximo capítulo: Saint Maló)
3 comentarios:
Me encantan esos recordatorios,tengo una amiga que los colecciona.
Bss
Hola Ricitos de Oro. Un beso grandísimo desde las lomas de Úbeda. ¡Qué blog tan bonito! A ver si contribuyo a adornarlo un poco. Ya veo que a pesar de los azotazos que te di no has escarmentado y sigues siendo una romántica empedernida. Qué decir de aquel viaje que marcó nuestras vidas hace ya 32 años. Del nosecuantos de junio, al 9 de julio de 1978. Allí aprendimos a convivir con la ilusión intacta de los 15 años, y empezamos a sufrir los estragos del desamor (con permiso de Manolo,he de decir que tiré los tejos a la autora de este blog, pero me devolvió una calabaza enorme. Menos mal que luego fui su padrino de boda) Volví a Bretaña 22 años después, en 2000, con mi mujer y mis hijos, y volví a ver a algunos de "mis franceses". Se me erizó el vello al ver el instituto de Saint Aubin d'Aubigne. Ya sabes que tengo buena memoria, y además volví a visitar aquellos lugares. Evocad vuestra adolescencia buscando en Google imágenes de: la pointe Grouin, cerca de Saint Malo, le jardin anglais de Dinard, Dinan, los menhires de Carnac, la forêt de Paimpont, Quimper, Lorient, Concarneau. Volved a sentir olores de los maizales en verano, del verde inacabable, de las temperaturas suaves de Bretaña en aquel verano. Recordemos a Leticia, Ana Rosa, Pablo, Manolo, Marisa,... A los que estaban en Saint Aubin, y a los que estaban en Liffré. Recuerdo aquel pub de Melesse, "mi pueblo francés", donde por primera vez escuchamos a Bonnie Tyler cantando It's a heartache. Y la discoteca de Miranda de Ebro, el penúltimo día del viaje, de donde salimos bailando como los monos al son de la música del anuncio del plátano, medio llorando porque no queríamos volver a casa. Cuántos recuerdos. Cuánto tiempo. Se me han saltado las lágrimas, so puñetera. Besos.
Por cierto. La cuestión de los institutos: el entonces femenino, es el Catalina de Alejandría. El entonces masculino, situado enfrente todavía, y desde donde babeábamos viendo a las niñas, es el Virgen del Carmen. Y aprovecho para enviarle un enorme abrazo a Mari Luz.
Publicar un comentario